domingo, 27 de septiembre de 2009

El venezolano no respeta

Sí, así como reza el título: El venezolano no respeta. No me importa caer en la más cochina generalización y en un concepto... Nietzsche dijo que el concepto mata pues se olvida a los particulares... Pues sí, me voy a olvidar de las pocas personas que en este país tienen una mínima noción de respeto.... No hay que ser un moralista radical o un evangélico loco para poder respetar el espacio de los demás.

¿A qué viene toda esta alharaca? Pues sencillo:

(Lo que sigue a continuación no es literatura o ciencia ficción, no me dedico a eso)

Regreso de compras por Sabana Grande y agarro un autobus en Chacaito, se montan 2 mujeres con 2 niños, la menor de ellos llorando histéricamente... (Preludio al Caos) Uno se consuela pensando "bueno, ya se callará"... Intenta hablar con su madre pero en medio de los gritos de la niña, y del vendedor de Cocosettes, es imposible... (Respiración agitada, comienzan las groserías a pasar por tu mente)

Mientras tanto, la niña en cuestión aún sigue llorando. La mamá, que no va haciendo un CARAJO, no hace NADA... Ni un "cállate", ni un "trancazo" o un "¿Quieres que te pegue para que llores con ganas?". No, señores, NADA, el No-Ser, el vacío... Sólo una cara de felicidad y de pendeja. (La gente en el autobus se pone tensa, la cara de la señora que va adelante de la niña histérica cambia).

Mi mamá -una persona más paciente que yo- empieza a perder su paciencia también... Yo, mientras tanto, intento hablar con ella en medios del caos y le digo que esto es inaudito, que cómo puede ser posible, etc, etc... (Mensajes de desahogo a los amigos llenos de odio y groserías)

En fin, todo el trayecto, de 20-30 minutos, la niña estuvo llorando, y la madre: como si nada. Ahora bien, pensemos en las posibles soluciones al problema:

a) Colocarse el iPod e intentar escuchar música a todo volumen para evitar un desangramiento de oídos
b) Bajarse del autobús
c) Suicidio
d) Pedirle decentemente a la señora que calle a su hija
e) Insultar a la señora y/o matarla

Ahora analicemos estas posibles soluciones:

a) No todo el mundo tiene iPod. Y, la verdad es que, si uno no quiere escuchar música en ese momento, porque prefiere hablar con alguien, ponerse a leer, pensar, o porque simplemente NO LE DA LA GANA, ¿tiene que hacerlo porque madre no puede callar a su hija llorando?

b) ¿Debo perder mi tiempo y esperar otro autobus sólo porque la mujer no puede callar a la hija?

c) ¿Debe uno suicidarse porque una niña en un autobus no se calla?

d) ¿Debo decirle educadamente a la señora (aguantando mi arrechera) que por favor calle a su hija cuando ella sola, por respeto a los más de 30 pasajeros en un autobus, debería hacerlo? ¿Debo yo inmiscuirme en la educación de su hija?

e) Bueno, esta ni vale la pena analizarla; pero no cabe duda que imágenes así pasan por la cabeza en esos momentos.

Sin embargo, la d y la e pueden prestarse a 2 desenlaces que miles de veces he visto que ocurre en el metro: 1) Que la mujer se sienta ofendida y crea que uno tiene algo personal contra ella y su hija 2) Que te diga que eso es un autobus público y que si no te gusta te vayas en un taxi o compres un carro 3) Que crean que uno es un amargado. Por ejemplo, he observado que, cuando una persona entra al metro y empuja a otra, la persona afectada le dice que por favor, no empuje... La que empuja le dice "bueno, esto es el metro, si no te gusta vete en taxi"...

Quisiera que alguien me explicara por qué el venezolano no puede respetar el espacio del otro, ¿era tan difícil hacer que tu hija se callara por RESPETO a los demás pasajeros? ¿Era más fácil aguantar 20 minutos en un autobus atormentado que calmar a tu hija? No, es más cómodo no hacer nada y que los demás se jodan, porque esto es un servicio público. Mientras, que mi otro hijo tire la envoltura del Bonice por la ventana. Es más fácil empujar al otro en el metro que tratar de pasar con cuidado o pedir disculpas si se hace accidentalmente. Es más fácil matar por un celular que respetar la vida del otro. Es más fácil comerse la luz porque quiero llegar temprano a la casa a ver la novela. Es más fácil manejar ebrio que amanecer en otro lugar y tal vez, chocar a otro. Es más fácil colearse en la cola del metro mientras los otros no son tan "vivos" como yo y puedo sentarme. Y así, los venezolanos tienen un máster en lo fácil. Bien dijo Platón que "lo bello es difícil".

Bueno, señores, sigan haciendo lo fácil... ¡Adelante! Yo, por mi parte, también optaré por lo fácil -entre comillas, porque no es fácil empezar de cero-: irme en lo que pueda. Los dejo con su basura y el último que apague la luz -por favor-... Sin embargo, es más fácil dejarla prendida. ¿Cobardía? ¿Comodidad? Que alguien me diga cómo 1000 venezolanos pueden cambiar a 26 millones, ¿aún creen en lo del granito de arena? Yo no, pero seguiré haciendo las cosas correctamente; mientras, me toca aguantar que la niña que nunca mandaron a callar o el niño que no corrigieron al botar la basura, sea "el futuro de país". (Final, aplausos o llantos)

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